Tal ves los teóricos de la estética no coincidan con esta aplicación tan mundana del arte como lo es la función decorativa del mismo. Muchos académicos sostienen que el arte puro no persigue ningún fin en especial sin que es gratuito. Por el contrario otros entendidos de la materia sostienen que el arte tiene funciones muy claras.

En cualquier caso, aunque la obra de arte no es un artefacto esta puede tener un propósito, es decir, un fin mas allá de la obra misma. Cuando se coloca una pieza de esta naturaleza dentro de un conjunto decorativo se relaciona con un entorno adquiriendo funciones que antes no tenia.
La obra de arte con su sola presencia puede sugerir o imponer, según sea el caso, una determinada ordenación del espacio. Al sobresalir, por su carácter superior cualquier otro objeto, permite crear una situación de descarga emocional desarrollada a partir de quien experimenta la idea que contiene, ya que el arte genera fenómenos en la vida de quienes están en contacto con el.

Desde otro punto de vista, las distintas formas de arte pueden funcionar como una especie de lenguaje abstracto ya que es un sistema de signos que cumple con el esquema de la comunicación, porque cuenta con un trasmisor, un código y un receptor.
Además de todo esto, el arte es una fuente de entretenimiento, gracias a su capacidad de comunicar y a su presencia, que produce una cascada de emociones disfrutables de una u otra forma. En esta medida el arte funciona como una diversión espacial, ya que crea una red de sensaciones que no se formarían de otra manera. Considerando así que es comprensible que el arte siempre sobresalga dentro de cualquier grupo de objetos.